La proliferación global de tarjetas de crédito y SIM ha alcanzado proporciones asombrosas, pero detrás de estas cifras se oculta un problema ambiental de gran magnitud. Según un informe reciente de la Reserva Federal de los Estados Unidos, en 2018 había más de 1.1 mil millones de tarjetas de crédito en circulación solo en ese país. A nivel mundial, la cantidad asciende a desorbitantes 22.800 millones de unidades en circulación. Imagina por un momento si tan solo una cuarta parte de todas estas tarjetas se descartara anualmente, estaríamos hablando de una asombrosa cantidad de 28.500 toneladas de residuos en todo el mundo.
Pero el problema no se limita solo a las tarjetas de crédito. Las tarjetas SIM de los teléfonos móviles y sistemas informáticos también contribuyen significativamente a esta preocupante situación. Según un informe de la GSMA, en 2019 se produjeron aproximadamente 5.2 mil millones de tarjetas SIM en todo el mundo.
Para entender plenamente las implicaciones ambientales de estos dispositivos, debemos analizar los compuestos que se utilizan en su fabricación. El policarbonato, un plástico resistente, es el material principal en la mayoría de las tarjetas de crédito. Sin embargo, este material puede contener bisfenol A (BPA), una sustancia química perjudicial para la salud humana. Además, también puede contener cadmio, hierro y silicio, elementos que generan preocupaciones ambientales.
Otro plástico utilizado en la fabricación de algunas tarjetas de crédito y SIM es el PVC, que puede contener ftalatos, sustancias químicas nocivas para la salud y el medio ambiente. Además, tanto las tarjetas de crédito como las SIM pueden contener metales como aluminio, acero inoxidable, oro y cobre en sus chips. Estos metales pueden ser reciclados, pero también pueden contener materiales tóxicos como plomo o mercurio, lo que representa un riesgo adicional para nuestro entorno.
Incluso la tinta utilizada para imprimir información en las tarjetas de crédito y SIM puede ser problemática. Algunos tipos de tinta contienen sustancias químicas tóxicas que representan un peligro potencial para el medio ambiente.
Blue Wenergy, líder en innovación sostenible, presenta una solución revolucionaria para abordar el impacto ambiental de las tarjetas de crédito, débito y SIM. Nuestro enfoque único y comprometido garantiza que estas tarjetas, incluyendo las caducadas y defectuosas, sean tratadas de manera responsable y eficiente.
Dentro de nuestro sistema de procedimientos, hemos desarrollado un proceso especializado para el tratamiento de estas tarjetas. En lugar de simplemente desecharlas, las retiramos completamente de la circulación y las sometemos a un proceso de reciclaje avanzado. Mediante la utilización de técnicas innovadoras, logramos obtener nuevos materiales valiosos que se utilizan para fabricar tarjetas autosostenibles.


